viernes, 9 de marzo de 2012

NOTICIA DE NEIVA

‘Wilfrán no resistió más’

Acompañado de sus familiares y del personal médico que lo atendió durante los últimos meses, descansa Wilfrán Adrián Morea Ipia en los funerales Cristo Rey de la ciudad de Neiva. El pequeño de 9 años no resistió las infecciones derivadas de la anemia aplástica que lo aquejó durante los últimos ocho meses y falleció el pasado miércoles a las 8:30 p.m.
Su mamá, Rubiela Ipia, luchó con todas sus fuerzas por conseguir que Asmet Salud, la EPS que lo cubría, autorizara el transplante de médula ósea que se requería para garantizar su vida. Luego de una tortuosa tramitología de más de siete meses, la entidad le realizó los exámenes de HLA a sus hermanos, necesaria para determinar si eran compatibles o no con él.
Los resultados clínicos determinaron que Brayan, hermano mayor de Wilfrán Adrián, era semejante en un 100% con el pequeño. Los exámenes se conocieron desde el pasado 23 de febrero y desde entonces, Rubiela insistió constantemente en la entidad de salud para que realizaran el procedimiento administrativo que posibilitara el transplante.
¿Negligencia?
Sin embargo, solo hasta el pasado 6 de marzo, cuando LA NACIÓN inició las indagaciones frente al caso, Asmet Salud solicitó al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf) la autorización para que Brayan se sometiera a la intervención. El menor de 14 años se encuentra bajo la tutela de la institución estatal, quien previamente facultó al adolescente para que se desplazara a la toma de los exámenes pertinentes.
“Entre el concepto médico y la petición de la EPS Asmet Salud al Icbf transcurrieron 13 días, sin que ésta realizara el trámite que le correspondía”, señaló un comunicado del Icbf.
La defensora de Familia a cargo del proceso, le solicitó a la entidad de salud un informe médico escrito sobre el procedimiento que le realizarían a Brayan y el riesgo que eventualmente tendría, “en aras de preservar los derechos fundamentales a la vida e integridad física del donante”.
Transplante
En un comunicado de prensa Asmet Salud señaló que el menor falleció por las condiciones clínicas delicadas que padecía y no por la falta del trasplante de médula ósea.
“La realización del mentado procedimiento en las condiciones clínicas de las últimas semanas en las que se encontraba el menor, ni era procedente ni aportaría a la recuperación de su salud, siendo el proceso infeccioso y la falla orgánica las que finalmente derivaron en su sensible fallecimiento”, señalaron.
Sin embargo, Carlos Andrés Portilla, médico hemato-oncólogo pediatra del Centro Médico Imbanaco de Cali, indicó en el resumen de atención que le realizó a Wilfrán el año pasado, que los estudios para el transplante eran urgentes.
“Cualquier demora en la realización disminuye las probabilidades de un tratamiento oportuno”, aseguró el profesional designado por la EPS para asumir el caso.
Tristezas y alegrías
En su larga hospitalización, Wilfrán Adrián padeció de múltiples enfermedades derivadas de su delicada situación médica. Pese a ello, logró distraer los dolores con la atención de un grupo de voluntarios que cambian tristezas por sonrisas.
Los profesionales y estudiantes que hacen parte de la Fundación Huellas, atendieron al pequeño durante varios meses en el Hospital Universitario Hernando Moncaleano Perdomo. Con narices de payasos, maquillaje, trajes y mucha alegría, los jóvenes aliviaron los dolorosos días de Wilfran.
El pasado 24 de diciembre, en el último cumpleaños del pequeño, los jóvenes lo sorprendieron con una piñata vallenata. Su habitación fue colmada de globos, sombreros volteados, pancartas y mucha alegría.
Los médicos, psicólogos, paramédicos, abogados, estudiantes universitarios y bachilleres, reunieron de sus recursos para comprarle un videojuego a Wilfran, que le permitiera pasar momentos más amenos durante su instancia en el hospital.
Labor de amor
Los voluntarios recordaron que el menor que afrontó tantos dolores finalmente ya no se quejaba. “Estaba totalmente resignado. No mostraba los dientes a causa de la gingivitis y herpes que tenía en su boca. Sin embargo, lográbamos arrancarle muchas sonrisas. Nuestra presencia lo animaba”, dijo Olver Tis, el ‘doctor corazón’.
Ángela María Manchola o la ‘doctora besitos’, trató a Wilfrán Adrián durante los últimos meses. La estudiante de sexto semestre de psicología de la Universidad Surcolombiana, recordó la habilidad que tenía el pequeño con la pintura. En compañía de los voluntarios, Wilfrán pasó momentos especiales pintando figuras de arcilla.
“Tenía el pulso de un cirujano. Mezclaba colores con una perfección increíble. Disfrutaba mucho de las películas, especialmente las del Rey León”, comentaron los profesionales.
Cuando Wilfrán fue trasladado a la UCI de la Clínica Uros, allí recibió la visita de sus amigos sonrientes. Fue tan importante la mejoría del menor luego del encuentro con los profesionales, que los médicos tratantes les sugirieron a los jóvenes que visitaran a otros niños.

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